En la vida nunca nos han preparado para vivir un momento abrumador, caótico y de retrospección con relación a la salud, a mí nunca me prepararon para vivir y pasar por esta situación.

Quiero contarte mi historia y que puedas entenderme, leerme y conectar, además quiero decirte que hubo factores que aportaron a que la situación fuera más llevadera: Podría decir que el autoexamen fue mi arma más poderosa, sumándole a esto, mi familia, mis amigos, me ayudaron a saber y entender, que no estaba sola.

Siempre he sido una mujer que somatiza todo y que experimenta cambios en su cuerpo, cuando mi salud mental y las situaciones que vivo día a día se empiezan a tornar abrumadoras, (A lo mejor, necesito empezar a cuidar mi salud mental, adaptarme a los cambios y entender que puedo con lo que sea). 

Como venía contándoles, yo somatizo todo y la ruptura amorosa llevó a que de alguna manera extraña, en mis senos crecieran unas masas que al principio no fueron muy importantes, hasta que mis senos se empezaron a caer de manera notable, el dolor era insoportable y las axilas tomaron un color y forma distinta. No se imaginan el miedo que sentí, pero, no acudí al médico porque me asustaba un montón que me dijeran: "Tienes cáncer". Así que aguanté todo por casi un año, cuando ya el dolor era insoportable y los complejos se agrandaban, decidí hacer algo por mí.

Empecé a ir a controles cada seis meses, porque efectivamente habían encontrado dos masas grandes en la mama izquierda, lo beneficioso fue que estas masas "no ponían en riesgo mi salud física", así me la pasé durante cuatro largos años hasta que el 22 de mayo de 2022, en mi control semestral me dicen que deben hacer una biopsia porque las masas habían crecido, estaban calcificadas y dolían más de lo normal.

La cita la dieron para agosto del año en curso ¿Irónico no? Tres meses en los que pueden pasar mil cosas y las EPS se limpian las manos diciendo que no hay agenda, pero, ¿Quién le responde a una mamá y a un papá por la salud de sus hijos? Pues, le tocó a mi madre hacer un préstamo para poder realizarme en el examen con un médico independiente y para rematar y ponerle la cereza al postre, salieron los resultados y ellos no los enviaron a laboratorio, sino que, me los entregaron para que yo los llevará, era mi responsabilidad que llegarán bien a su destino; Yo no sabía si iban a llegar bien, todo el camino me fui llorando porque me parecía demasiado negligente que me dieran los resultados a mí, una inexperta en el tema. ¿Qué hubiera pasado si esos resultados se hubieran dañado? ¿Hubiera perdido la plata? Para mí era demasiado y me superaba.

Esperar, solo quedaba eso. Llegaron los resultados, pero tenía que esperar una cita que estaba muy lejana para poder ser leídos. Acudí a un familiar que pertenece al gremio de la medicina y me recibe diciéndome: Isa, te debes atener a todo, si te mandan quimios debes hacerlas juiciosas, debes realizarte chequeos médicos periódicos, llevar una dieta equilibrada, hacer ejercicio regularmente, evitar el tabaco y el consumo excesivo de alcohol y sigue haciéndote el autoexamen antes, durante y después del ciclo menstrual, ¡Todo va a salir bien!

¿Por qué nos dicen esto? ¿Acaso se están poniendo realmente en nuestros zapatos? ¿Es verdaderamente empatía? Todo esto rondaba mi cabeza y empecé a hacerme ideas de que, realmente, si tenía cáncer, ya nada en mi vida merecía la pena, que iba a estar sin cabello, que no iba a ser la misma Isabel y que solo me quería morir.

Fueron meses bastante duros, aún tenía que verme un mastólogo y no quería escucharlo, no estaba preparada, no tenía un diagnóstico, no quería nada, entré en depresión y mi cuerpo estaba reflejando lo que estaba pasando y mi salud mental se vio afectada.

Por fin llegué a manos de un muy buen médico que me recomienda cuidarme mucho, porque estaba a un paso de tener cáncer, ¡No lo tenía! Mis nenas, ¡No lo tenía! Creo que ha sido el momento más feliz de mi vida, iba a seguir con mi proyecto de vida, no iba a pasar por las quimios, el cabello iba a seguir en su puesto y no iban a quitarme mis senos, qué aunque chuecos, son los senos más hermosos que la vida me pudo haber regalado.

Hoy les digo: Procuremos amar demasiado, sanar lo que nos duele, aceptar lo que la vida nos pone en el camino, apoyarnos, tener sororidad con las demás mujeres, finalmente nadie sabe la carga que la otra persona lleva a su espalda, medita, conecta contigo misma y lo más importante; Interioriza y ten presente que siempre hay alguien que está dispuesto a darte la mano, a ser tu rayito de luz en medio de la oscuridad y que siempre que te sientas ahogada, pega un gritico ¡No estás sola!

En octubre ¡Todas somos rosas!

Desde lo más profundo de mi ser y con todo mi amor, Isabel.