Hoy, quiero hablarte de un tema que ha cambiado mi vida por completo: la meditación, y no, no es como muchos piensan que es poner la mente en blanco y ya, te prometo que va más allá de eso.


Hace unos años, estaba pasando por una época de mucho estrés y ansiedad. No sabía cómo manejar mis emociones y sentía que mi mente siempre estaba en un estado de caos. Desde que estaba en bachillerato, exactamente en decimo, comencé a conocer e investigar sobre el budismo, y fue allí, cuando conocí la meditación, sin embargo, no era el momento de practicarlo, pero en la universidad, justo para esta época lo recordé, fue entonces cuando descubrí que no sólo era una práctica para relajarme, sino que se trataba de un estilo de vida que me ayudaría a mejorar mi bienestar emocional y mental.


La meditación no sólo es una práctica que te ayuda a calmarte en momentos de estrés, sino que te enseña a cultivar la atención plena y a ser consciente de tus pensamientos y emociones. De esta manera, puedes identificar patrones negativos de pensamiento y trabajar en cambiarlos para mejorar tu calidad de vida.


Personalmente, he notado una gran diferencia en mi vida desde que comencé a meditar regularmente. Me siento más en paz conmigo misma y con el mundo que me rodea. Además, he aprendido a gestionar un poco más el estrés y la ansiedad de una manera más efectiva, lo que ha mejorado mi productividad y mi capacidad para enfrentar los desafíos de la vida diaria.


La meditación no requiere de mucho tiempo ni de un lugar especial para practicarla. Puedes hacerlo en tu propia casa, en el parque, en la oficina o en cualquier lugar que te sientas cómoda. Todo lo que necesitas es dedicar unos minutos al día a esta práctica, incluso, solo centrando la atención en tu respiración. En resumen, la meditación es un estilo de vida que puede ayudarnos a mejorar nuestra salud mental, nuestro bienestar emocional y nuestra calidad de vida en general.